martes, 17 de agosto de 2010

tecnologia y sociedad

Se pretende mostrar que el proceso de desarrollo es algo más que una cuestión de mercados, innovación tecnológica e industrialización; va más ligado a un proceso de pleno uso de las libertades humanas fundamentales, como las libertades sociales, económicas y políticas. El hombre ha perdido la capacidad de elegir su estilo propio de vida, se ha limitado su libertad, el entorno laboral es cada día más complejo debido a los cambios tecnológicos y la incertidumbre que esto causa.

El hombre se rezaga frente a las pocas posibilidades que le resta la automatización, el entorno laboral queda reducido y el trabajo, base fundamental sobre la cual se sostiene el núcleo de la sociedad, la familia, se ve gravemente amenazado. Por esto, la innovación tecnológica y su aplicación no es un hecho aislado. Refleja un estado determinado de conocimiento, un entorno institucional e industrial particular, una oferta disponible de aptitudes y una red de productores y usuarios en la sociedad.

  • La Tecno-Ciencia juega un papel muy importante en el mundo actual. La tecnología junto con la investigación científica han logrado ofrecernos soluciones a los problemas particulares que nos plantea la existencia y le han permitido al hombre obtener el control de la naturaleza y modificar increíblemente su entorno.

  • Componentes y Evolucion De Los Sistemas Tecnologicos

    El concepto es confluyente con el de revolución tecnológica, puesto que sólo durante los periodos de mayor aceleración en las innovaciones se marca entre ambos conceptos la diferencia de ritmo, de violencia y de trascendencia que existe entre los conceptos genéricos de evolución y revolución. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el ritmo de esas innovaciones fue lento e imperceptible.

    Con el nombre de revolución tecnológica o revolución científico-técnica suele referirse concretamente a las transformaciones técnicas, económicas y sociales de la tercera revolución industrial desde la segunda mitad del siglo XX, aunque también se utiliza muy frecuentemente el término para referirse a las dos primeras grandes transformaciones que han merecido el nombre de revolución económica: la Revolución Neolítica y la Revolución industrial de los siglos XVIII y XIX.